El Trastorno Específico del Aprendizaje de la Lectoescritura, comúnmente conocido como Dislexia, es un trastorno de origen neurobiológico, caracterizado por la dificultad en la precisión y fluidez en la decodificación y reconocimiento de las palabras, dificultades en el deletreo y déficit en el componente fonológico (aspecto sonoro que engloba tanto las reglas de estructura del lenguaje, bien como la percepción de sonidos).
Estas dificultades se presentan y se mantienen aun cuando otras habilidades del/la niño/a se desarrollan con normalidad y a pesar de haber recibido una instrucción pedagógicamente adecuada en el proceso de enseñanza de la lectoescritura.
Las personas con Dislexia confunden, repiten, omiten, adicionan o invierten letras, cambian sílabas y sustituyen unas palabras por otras, tanto en la lectura cuanto en la escritura.
Además, leen, pero tienen dificultad en comprender y cometen errores ortográficos en su producción escrita y en muchos casos su escritura es ilegible.
Los especialistas que evalúan y intervienen en el Trastorno Específico del Aprendizaje de la Lectoescritura son los psicopedagogos, los logopedas y los psicólogos especialistas en alteraciones del lenguaje y/o los neuropsicólogos.
Por Fernanda Vannini